Esta Sección de la Liga Iberoamericana de Astronomía tiene como objetivo fundamental: La divulgación de la Ciencia orientada a los Exoplanetas o planetas extrasolares. Vincular y organizar a los Observadores con este interés en particular. La difusión de las nuevas técnicas empleadas por los aficionados para la detección de Exoplanetas. El colectar los reportes de Observadores para futuros proyectos de investigación en colaboración con profesionales.

En los últimos 30 años, se han descubierto más de 5000 planetas fuera del Sistema Solar. Sin embargo, hasta la fecha solo una pequeña fracción de ellos se ha revelado como de tipo telúrico, es decir, rocosos como Mercurio, Venus, la Tierra o Marte.

Combinando datos del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite, NASA) con observaciones realizadas por detectores en tierra – entre ellos el espectrógrafo CARMENES del Observatorio de Calar Alto (CAHA) -, un equipo liderado por Rafael Luque, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y la Universidad de Chicago,  ha confirmado dos de estos mundos rocosos alrededor de HD 260655, una estrella enana roja cercana situada a tan solo a 32,6 años-luz de distancia de nuestro sistema solar, lo que le convierte en el cuarto sistema planetario “multi-eclipsante” más cercano detectado hasta el momento (la estrella más cercana al sistema solar, Próxima, está a 4.2 años-luz).

TESS ha empleado el denominado método de los tránsitos para detectar minúsculas disminuciones en el brillo de la estrella provocadas por los planetas HD 260655 b y HD 260655 c al pasar por delante de ella. La capacidad de cuantificar con precisión estos mini-eclipses ha permitido determinar el tamaño de ambos exoplanetas, que han resultado ser dos “super-Tierras”, tan solo un poco mayores al nuestro en tamaño. El planeta b es 1,2 veces más grande que nuestra Tierra y el planeta c es 1,5 veces mayor. Por otro lado, este sistema planetario ya había sido observado por el espectrógrafo CARMENES en 2016 mediante la técnica de las velocidades radiales, que permite determinar la masa de los planetas detectados. Conociendo la masa y el tamaño de ambos planetas, Luque y el resto del equipo han podido inferir su densidad, que ha resultado similar a la de los planetas telúricos, de unos 5 gramos por centímetro cúbico.

Aunque debido a sus altas temperaturas, ninguno de los planetas podría mantener agua en estado liquido en su superficie, la cercanía y el brillo de su estrella hacen que sean candidatos idóneos para investigar la composición química de sus posibles atmósferas con el telescopio espacial gigante James Webb, que pronto obtendrá sus primeras imágenes científicas. “Ambos planetas se encuentran en el top-10 para realizar observaciones de sus atmósferas con el telescopio espacial James Webb, que fue lanzado la pasada Navidad y está a punto de terminar su fase de calibraciones. Estos datos permitirán, primero, determinar con seguridad si estos planetas poseen una atmósfera tenue y si es así, determinar su composición química. Aprender más sobre las atmósferas de los exoplanetas rocosos nos ayudará a entender la formación y la evolución de los mundos parecidos al nuestro” confirma Rafael Luque, primer autor del artículo que se publicará en Astronomy & Astrophysics.

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